Cuarta clave del éxito. Así como el fracaso es la receta para quien no tiene mente abierta, también lo es ser persistente sin ser flexible. Si te das cuenta que no tienes los resultados que quieres ¿para qué insistir en algo que no te suma? no vale la pena ser "testarudo" en persistir sobre los mismos errores, una y otra vez o también, ignorar obstinadamente las señales de advertencia de que estamos en el camino y dirección equivocados.
Es evidente que cuando no quieres adaptarte a los cambios que se producen, inevitablemente afectan tus planes.
Es por eso que necesitas ser flexible para ajustar tus planes cuando las circunstancias cambian, porque así aprovechas las oportunidades inesperadas que se puedan presentar.
Ser flexible no significa ceder ante las circunstancias y dejarse llevar por "la corriente" , ser flexible es aprender a escuchar y a observar con atención todo lo que ocurre a nuestro alrededor para tomar lo mejor de cada circunstancia y poner a un lado aquéllo que no nos funciona.
La falta de flexibilidad nos hace insensibles y con poca apertura al diálogo, deteriorando notablemente la convivencia y la posibilidad de ser mejores en nuestro desempeño. Para mejorar nuestra flexibilidad necesitamos ser humildes para reconocer nuevos aprendizajes que están implícitos en el "cambio de rumbo" cuando tomamos decisiones acerca de algún área de nuestra vida, nos comunicamos mejor, porque permitimos a nuestro interlocutor expresar su punto de vista sobre el tema de conversación, abriéndose de ésta forma las posibilidades y en consecuencia podemos ver las oportunidades de éxito y bienestar que se puedan presentar.
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