Carta abierta a mis hijos

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Raúl y Rebeca hace 17 años

Queridos hijos:

Ahora que han crecido y pasado de niño a hombre y de niña a mujer; quiero hablarles de cómo cambiará sus vidas. Quiero hablarles de sus nuevas realidades: aquéllas en las que el bueno no triunfa siempre y la guerra en la televisión es noticia, no película. 

Quiero prepararles para las nuevas sensaciones que vienen con la edad, para el dolor y la alegría que ocasiona un gran amor, para las satisfacciones que genera una amistad verdadera y la tristeza tan profunda que deja la traición.

Quiero enseñarles a enfrentar los problemas con juicio, con firmeza y sin temor. Quiero que comprendan que a pesar de la corrupción social, económica y política que vivimos a diario, todo en la vida es factible, cambiable, fácil de resolver y manejable por métodos honestos.

Raul y Rebeca en foto reciente

Voy a poner, si me lo permiten a su disposición las herramientas necesarias para fortalecer vuestro carácter, para acompañarlos hacia el futuro. Con éllas descubrirán que para ser personas sanas deberán ejercitar su cuerpo, nutrir su intelecto, apoyarse en la religión, ayudar al prójimo, obedecer las leyes, luchar por sus ideas, tener un propósito en la vida y respetar al prójimo.

También reconocerán las oportunidades y sabrán aprovecharlas, sin perjudicar a los demás ni abusar de los incautos. Quiero, por sobre todo, que aprendan a decidir por sí mismos y a aceptar responsabilidad por sus acciones, para que nunca se lamenten de haber permitido que otros forjaran vuestro destino; para que nunca miren hacia atrás con nostalgia por lo que pudo haber sido y no fue; sino que siempre se sientan plenamente satisfechos por lo que fueron, por lo que vivieron, por sus logros y sus equivocaciones.

Festejaré vuestros triunfos y sufriremos juntos sus desventuras. Seré cómplice de sus logros y sus fracasos y en lo bueno y en lo malo seré incondicional con ustedes. Siempre estaré a vuestro lado para sostenerlos.

Raúl Papá hace 1 mes

Aprenderán que no están solos en este mundo; que son parte importantísima de un núcleo familiar y social que se extiende a medida que se relacionan con su medio; que mientras más grande sea su círculo social, más se enriquecerá sus vidas, aunque mayores también serán sus responsabilidades con su entorno. 

Por éllo deberán reflexionar siempre antes de actuar, para poder calibrar con  las consecuencias de sus actos y su potencial efecto sobre aquellos que los quieren.

Quiero enseñarles, hijos mios, que pueden ser buenos sin que abusen de ustedes; que se puede ser valiente sin arriesgar inútilmente la vida; que no serán menos porque lloren o sientan miedo o sean fieles y den toda su atención y su lugar a vuestra pareja; que vale más la pena ganarse el respeto de un enemigo que la adulación de un amigo; que se puede ser justo sin ser implacable, discreto sin ser retraído, religioso sin ser fanático.

Sé muy bien que el camino de la juventud a la adultez es difícil de transitar. Lo sabré yo, que tantas veces me he equivocado y salí adelante, porque lo he recorrido, aunque el viaje no ha terminado...porque siempre se aprende.

Recuerden que la vida es aprendizaje y hay que ser humildes para reconocerlo, especialmente las lecciones de la vida y la experiencia de compartir con muchas personas como ustedes que se atraviezan por vuestro camino, son maestros, maestras que están con ustedes para cumplir su misión.  

Vuestro Papá

Inspirado en una publicación del facebook de Monica Vizcarra