eae50426-5f4f-3907-a8d8-b3b2c323c06a

domingo, 12 de junio de 2011

Mas vale tarde que nunca

Lecciones de Vida, esta es una historia anónima, ocurrió en uno de los distritos limeños más pujantes de la capital peruana, puede ser la historia de cualquier joven que anhela ser profesional, especialmente si es mujer de una familia de escasos recursos económicos que no se amilanó frente a esas circunstancias, que persistió en su sueño a pesar del transcurso del tiempo y lo logró en un ambiente predominantemente machista, la construcción, ella se hizo operaria de edificaciones. A continuación la historia contada por ella que en la foto está acompañada por sus compañeros.

"Vivo en Villa El Salvador desde que se fundó. Mi madre era empleada del hogar (oficio que nos enseño desde temprana edad). Ella me dio el regalo más valioso: mi educación escolar. Esa fue la base que me sirvió para convertirme en la única profesional de la familia.

Terminando el colegio me dediqué a la venta ambulatoria de chicha de jora. Con lo que ganaba apoyaba a mi madre. A los 19 años decidí hacer el servicio militar voluntario en el ejército en pos de mejorar mi calidad de vida. Pero la necesidad me volcó de nuevo a trabajar.
Hace ocho años realicé mi último trabajo ocasional: fotocopista. Trabajé frente a la Facultad de Derecho de la USMP en La Molina. Durante 8 años veía cómo ingresaban personas mayores a estudiar, y eso me entusiasmó para darle un vuelco a mi vida. Decidí dejarlo todo después de 8 años y realizar mi sueño de ser profesional.

¡Wau! Comenzar a estudiar a mi edad –pensaba-. Medité qué carrera se adaptaba a mi perfil. Finalmente elegí el rubro de la construcción, por ser una especialidad donde se puede rotar.
Al año siguiente, con mis 37 años acuestas, ingresé a SENCICO, a la especialidad de Edificaciones. Mis compañeros de salón promediaban los 22 años. Eso no me amilanó, competí con ellos de igual a igual. Logré ubicarme en el tercio superior durante 3 semestres. Estudiaba por las madrugadas poniéndole todo mi empeño.

Mi carrera era financiada fruto de 8 años de ahorro.
A medida que avanzaba mis estudios, llevé cursos y capacitaciones, incluso un diplomado referente a mi especialidad.
Finalmente después de mucho esfuerzo logré graduarme como Técnica en Edificaciones. Con mi título bajo el brazo empecé a buscar trabajo, repartiendo mi CV a distintas empresas sin respuesta alguna.

Un día me llamaron de una empresa para hacerme una entrevista. Quedé contratada. Hoy estoy trabajando en una de las mejores empresas consolidadas en el Perú y en el extranjero.
A través de esta historia quiero decirles a muchas mujeres y madres que nunca es tarde para estudiar y que sí se pueden cumplir los sueños."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...